Vinculada al Cabildo de Tenerife desde 1999, Yael Elejabeitia se inició en la unidad de impacto ambiental y seguimiento, donde estuvo quince años, para luego pasar a impacto y planteamiento, biodiversidad… hasta asumir la coordinación técnica del consejo general de la Reserva de la Biosfera de Anaga. Aunque la declaración se remonta a junio de 2015, la primera coordinadora asumió el cargo hace cuatro meses.
– ¿Para qué sirve la reserva de la biosfera en Anaga?
«La Reserva de la Biosfera, en su conjunto, ofrece un vínculo más cercano entre la población, la cultura y el medio ambiente donde se declaran los espacios.»
– ¿Viene a humanizar la naturaleza?
«No, nada que ver. La naturaleza y el hombre siempre han convivido, es un tándem. No se trata de humanizar la naturaleza sino que el vínculo o relación entre personas y medio ambiente ha evolucionado. Las Reservas de las Biosferas seleccionan esos espacios donde esa interacción ha sido más peculiar y ha permitido que se conserven mejor ciertas zonas. Viene a realzar ese valor o interacción respetuosa del hombre; es un espacio de diálogo entre personas y medio ambiente.»
– ¿Qué valor aporta en Anaga?
«Nosotros ya participábamos dentro de la red de espacios naturales protegidos de Canarias y también está la figura del Parque Rural de Anaga. La Reserva de la Biosfera abarca un poco más, se amplía no solo al entorno rural sino que amplía zonas más metropolitanas o urbanas como en el ámbito de Tegueste, Bajamar o La Punta. Incorpora también la parte marina; las dos terceras parte de la Reserva de la Biosfera de Anaga son marinas.»
– Pero la Reserva no se corresponde con lo que los vecinos entienden como Anaga
«La gente de Anaga, de lo que era tradicionalmente el núcleo de Anaga, también tenía relación con los residentes en La Punta, Bajamar, los Valles del Sur de Anaga… Esta figura engloba un poco más y permite trabajar la sostenibilidad.»
– ¿Y cuál es el objetivo de la Reserva de la Biosfera?
«Fomentar la sostenibilidad, ser embajadores de proyectos demostrativos de sostenibilidad, de cosas que se pueden hacer de forma respetuosa.»
– Un ejemplo que permita visibilizarlo
«Desde el uso agrícola del suelo, la interacción turística con el espacio.»
– ¿Lo fomenta?
«Lo intenta canalizar hacia una forma más sostenible. La presión turística que hay en el macizo de Anaga es muy importante en este momento. ¿Cuál es el objetivo de la Reserva de la Biosfera, que coincide en cierto sentido con el Parque Rural de Anaga? Intentar trabajar para que ese desarrollo turístico sea más conciliador y más sostenible; es respetar las capacidades de carga. Intentar fomentar una entrada más respetuosa en los espacios naturales de mayor valor y más frágiles, aprovechar la amplitud de la reserva para diversificar el turismo. A veces actuaciones que puedas hacer en La Punta y Bajamar o en Valleseco pueden beneficiar al núcleo más frágil de la reserva.»
– ¿Desarrolla proyectos económicos concretos en cuanto a intervención de mejoras de zonas?
«Sí. La Reserva tiene un plan de acción que gestiona un consejo general donde participa un representante del Ministerio, otro del Gobierno de Canarias, del Cabildo, de los ayuntamientos de Santa Cruz, La Laguna y Tegueste, un comité de participación y de científicos. En estos momentos estamos trabajando en el segundo plan de acción que incluye el desarrollo de proyectos para alcanzar un desarrollo más sostenible y por eso se están desarrollando talleres participativos donde las administraciones y las asociaciones de vecinos escuchan las demandas que se exponen. La primera parte es escuchar cómo ven ellos el macizo de Anaga y llevar eso a proyectos concretos.»
– ¿Hay un plazo de ejecución?
«Se prevé en un plazo de cuatro años, y cuenta con el dinero de las administraciones que intervienen en la gestión de la reserva. Luego hay líneas de financiación de subvenciones que hay que tramitar.»
– ¿La Reserva interviene a la hora de fijar temas urbanísticos?
«No.»
– Anaga tiene un Parque Rural, es espacio protegido, tiene un PRUG… ¿cuál es la capacidad de influencia de la Reserva?
«Los planes generales municipales y el PRUG son instrumentos jurídicos con un régimen de uso que permiten, autorizan y prohiben, a diferencia de la Reserva de la Biosfera, que no tiene un marco normativo asociado.»
– ¿Le quita valor?
«No. La Reserva es un punto de encuentro y análisis. Es una figura que sale de la Unesco que es ciencia, cultura y educación; es trabajar la sostenibilidad no desde normativas sino desde un diálogo social que permite la visión del territorio, ver los problemas y ver el marco normativo. Si el PRUG lo prohíbe, no podemos hacer nada.»
– Vamos, que la Reserva es más un órgano asesor sin tomar decisiones vinculantes
«Exacto. No son vinculantes. La Reserva es un proyecto de todos los que se quieran sumar, desde una visión más amplia, donde es fundamental tener un comité interadministrativo para dar respuesta.»
– La Reserva no se encarga de la obra que reclama un vecino
«No, para eso está la oficina del Parque Rural de Anaga.»
– ¿Y para qué acude un vecino a la Reserva de la Biosfera?
«Yo cambiaría la pregunta: ¿un vecino por qué está en la Reserva? Es distinto venir, que parece que acude a pedir, que estar en un comité de participación. El objetivo es que el vecino se sienta parte de la Reserva de la Biosfera y queremos trabajar esa identidad, desde la visión de un todo. Habrá proyectos que se puedan desarrollar desde el plan de acción, como la mejora de la accesibilidad, o el conocimiento del visitante, sin que el residente se sienta invadido.»
– ¿Este diagnóstico lo hace la Reserva?
«Sí, lo estamos haciendo, y luego vendrá en el plan de acción. Ahí los actores puede ser varios.»
– ¿Cabe la recuperación de un sendero?
«Si una asociación de vecinos quisiera fomentar un proyecto concreto, se puede incorporar dentro del plan de acción. Se trata de ver la viabilidad jurídica y técnica de esa iniciativa. Esas iniciativas se someterán a votación del consejo.»
– Pero precisa de la autorización dentro de la normativa
«Sí, y cuando estemos fuera del parque, habría que ajustarse a los trámites de los municipios. El trámite jurídico para apoyar el proyecto hay que desarrollarlo sí o sí.»
– Llevamos seis años de la declaración que se ha centrado más en el diagnóstico
«No. Hubo un plan de acción anterior y se han hecho cosas. Muchas veces para empezar a caminar hay que realizar un diagnóstico, como cuando vas al médico.»
– ¿Y cuál es el diagnóstico de estos seis años de la Reserva?
«Existe un gran desconocimiento entre la población local de qué es la Reserva. Hay falta de identidad y pérdida de identidad entre Reserva y Parque Rural. Ocurre también en el caso de Gran Canaria, porque en otras islas la Reserva es toda la isla. En cambio en Gran Canaria y Tenerife es una parte y se mezclan con otras figuras de protección.»
– ¿Qué acciones se han tomado para informar de la Reserva?
«Se han señalizado las entradas a la Reserva, que no es suficiente pero se están dando pasitos. También se han hecho campañas, se está trabajando en la web de la Reserva para mejorarla.»
– ¿Cuál es el diagnóstico del sector agrario en la Reserva?
«Se vieron los problemas con los que se encuentra la agricultura, con una población más envejecida, la falta de recursos hídricos, la falta de conocimientos… Anaga está muy cerca del área metropolitana y el abandono del campo y del sector primario es muy duro en Islas donde prima el sector terciario.»
– Es difícil vivir en Anaga
«Vivir en el interior de una zona rural y ver los servicios de los que dispone tu vecino es complicado.»
– ¿Qué papel ha jugado el covid?
«El covid nos ha permitido ver y echar en falta lo que tienen en el campo y nosotros no, pero eso es un problema generalizado en Europa y en la llamada España vaciada y rural. Necesitamos de la naturaleza más de lo que en un principio pensamos; necesitamos esa bocanada de aire fresco.»
– ¿Nuestra España vaciada es Anaga?
«Bueno… Anaga y Teno y los altos de Icod, y el Valle y la zona sur, pero también viéndolos como una oportunidad. Esta pandemia nos ha enseñado que íbamos por un camino equivocado haciendo grandes zonas metropolitanas donde se concentra todo y hay que intentar diversificar y dar mayor calidad de vida a las zonas rurales.»
– ¿Se ha llegado en el momento justo con este diagnóstico?
«La Reserva de Anaga es un niño, tenemos seis años, frente a otras que llevan veinte. Hemos llegado en un momento que podemos aprender muchísimo de nuestros hermanos mayores. Hay muchas ganas en la administración y mucho escepticismo en la población.»
– Los vecinos también echan de menos más respuesta de la administración
«Se mezcla con una desconfianza con las administraciones públicas, que se ven como algo lejano, que dicen que van a hacer y no luego se ven tanto como se espera.»
– También se asocia la Reserva con una gran fuente de ingreso para Anaga
«¿Le llega eso?»
– Los vecinos dicen que a la Reserva llega mucho dinero de Europa
«La Reserva no es esa fuente de ingreso. Tal vez se mezcla cuando se dicen que vienen de fondos de recuperación desde Europa. Nosotros no hacemos la playa de Valleseco, por ejemplo, pero es un objetivo que puede beneficiar a la Reserva de la Biosfera. Estamos en un proceso de discernir las líneas entre Parque Rural y la Reserva. El objetivo es trabajar la Reserva con una visión más amplia. Estamos intentando construir la visión general del plan de acción que nos permitirá conocer los proyectos y desde dónde se ejecutan.»
– ¿En qué se traduce la Reserva?
«Igual que hay talleres participativos, habrá un proceso de devolución. Muchas veces no hay peticiones genéricas, sino que se pide solución al problema del agua en zonas y nosotros intentamos traducir eso en pequeños proyectos pilotos y que el vecino sepa para qué sirvió la Reserva en los cuatro años del plan de acción, porque tenemos que ganarnos su confianza.»
Entrevista de Humberto Gonar publicada originalmente en EL DÍA
Foto: EL DÍA