El Ayuntamiento de Santa Cruz y el Centro de Fauna Exótica de la Fundación Neotrópico se muestran contundentes con relación a las cotorras de Kramer, cuya población ha aumentado considerablemente en la capital en los últimos tiempos: «si llegan al Parque Rural de Anaga, lo destrozan».
Para seguir controlando el número de ejemplares existentes y para evitar que esta ave invasora llegue a Anaga, el Ayuntamiento y la Fundación Neotrópico intensificarán las labores de captura. Está previsto que la próxima semana se retome el trampeo contra las cotorras, actuando principalmente en el Parque García Sanabria y en el Parque de La Granja de la capital tinerfeña.
Con respecto a las medidas anunciadas por el Ayuntamiento de Madrid para luchar contra esta ave invasora, entre las que se encuentra la puesta en marcha de un plan para cazar y sacrificar a la mayoría de las 12.000 cotorras que «amenazan la seguridad y biodiversidad de la capital española», tanto la Corporación santacrucera como la Fundación Neotrópico han descartado el sacrificio de estos animales.
«Al menos de momento, no nos planteamos llegar a esas medidas tan drásticas como ha ocurrido en Madrid. También es cierto que en la capital de España existe una población muy elevada de estas aves y ya se han convertido en una auténtica amenaza. En Santa Cruz estamos hablando de una población de un centenar de ejemplares, aproximadamente, por lo que aún la situación no se nos ha ido de las manos. En el caso de que esto ocurriese, sí tendríamos que plantearnos otras acciones. Por ahora, las cotorras que capturamos están muy bien cuidadas en nuestro centro de fauna exótica, situado en Barranco Grande», señala Jaime de Urioste, presidente de la Fundación Neotrópico.
De Urioste recuerda que la invasión de las cotorras se debe a la moda surgida en los años 80 y 90 de comprarlas como animales de compañía, porque eran más baratas que los loros. En la actualidad, su comercialización está totalmente prohibida, pero aún quedan muchos ejemplares en los hogares de la capital.
«De momento, su área de distribución en Santa Cruz se circunscribe al entorno urbano. El peligro de transmisión de enfermedades, la competencia por el alimento con las especies nativas, los efectos dañinos sobre el patrimonio y la posibilidad de extensión de su área de invasión hacia espacios naturales o zonas agrícolas hacen necesario su control y, en la medida de lo posible, su erradicación», explica Jaime de Urioste.
En Santa Cruz el sistema de retirada de estos animales se realiza con trampas de captura, para lo que se utilizan ejemplares vivos de cotorras y comida, con el fin de atraer a los ejemplares asilvestrados. El concejal de Medio Ambiente, Florentino Guzmán, apunta que los procesos de captura de las cotorras van acompañados de una campaña de educación ambiental para sensibilizar a la población acerca del peligro de abandonar mascotas exóticas. Las multas por abandonar estos animales oscilan entre los 3000 y los dos millones de euros.
Imagen: SEO Birdlife
