La primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz, Zaida González, ha informado de que las labores para la erradicación del ‘rabo de gato’, una especie de flora invasora especialmente agresiva con los ecosistemas, se han redoblado en los últimos tres años con la finalidad de contener e impedir el avance de esta gramínea en el macizo de Anaga.
Zaida González y el séptimo teniente de alcalde y responsable de la Concejalía de Medio Ambiente, Carlos Correa, realizaron una visita a un área del barrio de María Jiménez donde se trabaja en la erradicación de esta especie, en las estribaciones de la cara este de Anaga.
González indicó que “mientras en 2016, al comienzo de este programa medioambiental, recogimos algo más de 4 toneladas de rabo de gato, limpiando 12 kilómetros lineales y empleando a 36 trabajadores; hoy, en el ecuador del año 2018, ya hemos recogido 16 toneladas y limpiado 15 kilómetros gracias a la labor de 120 trabajadores”.
La primera teniente de alcalde destacó que en el periodo 2016-2018, “el esfuerzo de Santa Cruz para combatir la proliferación de esta especie se ha multiplicado por 3 el volumen de efectivos, por 7 el volumen de toneladas recogidas y por 2,5 la superficie que se ha liberado de rabo de gato”.
“Tengamos presente lo que está en juego: el macizo de Anaga alberga la reserva de endemismos más importante de toda Europa, lo que la ha valido la consideración de Parque Rural (1994) y de Reserva de la Biosfera (2015). Y esos endemismos, tanto de flora como de fauna asociada están en grave riesgo”, señaló.
Carlos Correa recordó que el ‘pennisetumsetaceum’, conocido popularmente como ‘rabo de gato’, es una gramínea africana que fue introducida en la Isla como planta ornamental en la década de los 70 del siglo XX y posee una enorme agresividad colonizadora. Es una planta que elimina completamente todo lo que hay en su entorno, va ocupando el terreno y matando plantas, y puede llegar a cubrir un área al 100% desde el nivel del mar hasta más de 1.000 metros de altura.
El concejal de Medio Ambiente manifestó que “en ecosistemas insulares como el nuestro, el ‘rabo de gato’ elimina completamente todo, la flora y la fauna asociada a esta flora, así como muchos insectos que son exclusivos de un tipo de vegetación o de una planta endémica. El ‘rabo de gato’ va formando colonias aisladas y desde que se instala, produce cientos de miles de semillas con lo cual logra un radio de acción grande. Ni duerme ni descansa. Es una planta que todo el año está en activo porque tiene una fisiología especial que le permite elaborar su energía”, dijo.
Por un programa insular
Correa abogó por mantener el esfuerzo desde Santa Cruz “pero es evidente que solos no podemos erradicar esta especie y que es urgente que el Cabildo, en cooperación con los municipios, elaboremos un programa de actuación integral, de ámbito insular. De lo contrario, la efectividad se reduce porque unos municipios trabajamos en ello y otros no”.
El concejal explicó que “en las labores de erradicación del ‘rabo de gato’, Santa Cruz cumple escrupulosamente el protocolo marcado por el Cabildo, retirando y transportando las espigas por separado de los tallos, embolsadas aparte y cubiertas con lona para su entrega para incinerar en el PIRS de Arico”.
“La dificultad en el proceso de erradicación es que la retirada de este especie debe hacerse a mano, ya que si se actúa con herbicidas o con maquinaria, no se obtienen buenos resultados, incluso se puede empeorar la situación al provocar la dispersión de las semillas”, agregó.
Zaida González indicó por último que “la mano de obra empleada está formada por ciudadanos de Santa Cruz en situación de desempleo que gracias a este programa, amén de contribuir a una causa tan importante para el medio natural de la capital, han encontrado una oportunidad laboral, lo cual es muy importante”.
La primera teniente de alcalde se sumó también a las palabras de Correa al solicitar “una mayor implicación de todos para evitar esta amenaza creciente y silenciosa a los ecosistemas naturales de Tenerife, que no es exclusiva de la capital sino que se reproduce sin cesar en otros municipios y espacios naturales de nuestra geografía”.