Mientras Luján González, de La Voz del Valle -en Taganana-, dice que algunos intentan convertir Anaga en un parque como La Granja o García Sanabria en la ciudad que forman Santa Cruz-La Laguna, Vanesa Sosa lamenta el estado en el que dejaron la zona los visitantes. Un empresario del lugar, que pide guardar el anonimato, asegura que la playa de Almáciga debería estar cerrada: «En el mismo chorro donde se bañan limpian los calderos», cuenta.
«Anaga es el culmen del desatino». Es el sentir de empresarios y comerciantes de Taganana, Almáciga y la playa del Roque, donde están indignados por la situación ocurrida el domingo pasado. Para el presidente de La Voz del Valle, en Taganana, Luján González, la situación no es nueva. «Parece que quieren convertir Anaga en un parque como La Granja o el García Sanabria de la ciudad que forman Santa Cruz y La Laguna».
El dirigente vecinal de Taganana va más allá del hecho del domingo. «Se trata de una invasión; el problema de la playa de Almáciga es que no se ha hecho nada y ha coincidido que con el Covid-19 la gente no ha podido viajar sino a hacer turismo en la Isla, y han desbordado Anaga. Tengo nulas esperanzas de una solución», dijo.
«Esto es una invasión de los montes; veo a la gente que va a comprar ropa deportiva a grandes superficies y… ¿dónde van a desgastar todo eso?», se pregunta Luján González, que denuncia la cantidad de basura que los visitantes abandonan tanto en la costa como en los montes: «Se acumula como si fuera un Carnaval», manifiesta. «No nos sentimos representados por los funcionarios, el ayuntamiento o la administración… Haría falta una plataforma para revisar las tasas con las que nos asfixian a los vecinos».
Aunque la situación de ayer estuvo más «aliviada» que el domingo -el peor día en la historia, coinciden los residentes-, Luján González asegura que la «guagua de las 13:10 horas (de ayer) llegó repleta a Taganana y fue necesario enviar un refuerzo».
Vanesa Sosa, de la asociación vecinal Nuestra Señora de Begoña, en Almáciga, lamentó el rastro que dejan los visitantes de Taganana, Almáciga y Benijo, así como toda Anaga en general. «Aquí vienen con furgones y aparcan en rayas amarillas, que está de por sí prohibido aparcar. Pernoctan, ocupan el margen derecho de la carretera, cuando ni siquiera tienen arcén… Es imposible. Los vecinos no podemos disfrutar de la playa porque los visitantes las ocupan desde muy temprano; incluso muchos llevan tiempo acampados».
«La Curva de Mogoje, donde está la parada de guaguas, está imposible», precisa un empresario, que precisa que «el 84 por ciento de la superficie del Parque Rural de Anaga corresponde al término municipal de Santa Cruz». Ahí estriba el problema, dicen los vecinos consultados ante la confusión de a quién corresponden las competencias: de la playa se debe ocupar el ayuntamiento, de la carretera, la Guardia Civil; y el parque rural de Anaga, de la linde de la carretera hasta el monte.
«Esta mañana -por la de ayer- se vio una pareja de la Guardia Civil y la Policía local. Pero existe la misma problemática. La noche del lunes no había aparcamientos y, como había Guardia Civil por la tarde-noche, algunos subieron sus vehículos y llenaron el pueblo, hasta que se marcharon», comenta Vanesa Sosa. «Y luego le aparcaron en la casa de los vecinos, y como no tienes vado, hasta te discuten con malas formas», añade.
La alta ocupación de las playas de Anaga ha sido tónica habitual en los veranos anteriores, salvo este año, que se ha incrementado y, además, «la temporada comenzó antes, porque con el confinamiento, muchos se echaron con el coche para esta zona», añade Vanesa, dirigente vecinal de Almáciga. Consecuencia de la masificación y la falta de civismo, el rastro que han dejado los visitantes y que se puede identificar cuando se localiza en varios puntos papel higiénico. «Esta playa era para estar cerrada», dijo un empresario que pidió que no se desvelara su identidad. Y aseguró que «carece de condiciones higiénico-sanitarias. Ahí está el chorro de la playa. Antes estaba junto a la Cruz Roja y lo cambiaron y lo pusieron sobre unas maderas», explica.
Su versión la avalan otros residentes de la zona. «En el mismo chorro donde se bañan por la mañana se limpian los cacharros por la noche. Aquí el chorro de agua está en servicio mientras las duchas están cerradas en la playa de Las Teresitas para cumplir con el protocolo sanitario para evitar el contagio del virus».
«La cosa está mas aliviada hoy», dijo Ignacio del Castillo, desde la asociación de vecinos Nuestra Señora de Begoña, en Almáciga. «La playa es para todo el mundo. Si quieren, que pidan cita en los bares y que dejen pasar a los clientes, porque aquí no hay sitio para aparcar todos. Estamos en contra de la masificación porque si hay un accidente, ¿cómo pasa una ambulancia?», se pregunta.
«Pagamos los mismos impuestos que quien vive en Santa Cruz pero no recibimos los mismos servicios». «En cinco días acaba la temporada de verano, pero no se merecen el sueldo que van a cobrar a final de mes», dijo este empresario, mientras residentes de Anaga alertaban en las redes sociales del intento de ocupación de casas en Taganana o en el Lomo Centeno, en Afur.
Publicada originalmente en EL DÍA
Imagen: EL DÍA