El barranco de Tahodio que nace en la Hoya de las Palomas, situada entre las elevaciones del Cabezo de la Cruz de Carmen y el Cabezo de la Vega, y desemboca en la dársena de Anaga del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, transcurre 8.605 metros a lo largo del espacio natural protegido, Parque Rural de Anaga. En su tramo medio, a 5 kilómetros del litoral, y a una cota de 250 metros sobre el nivel del mar, su cauce es interrumpido por el muro de contención de la Charca de Tahodio.
La citada charca fue construida por la Comunidad Embalses de Tahodio, cuyo administrador era Santiago García Sanabria –mejor alcalde que ha tenido Santa Cruz–, con el fin de almacenar agua para el riego de las fincas de plátanos existentes en el valle y de las pequeñas huertas que se encontraban en las márgenes del citado barranco, levantadas en bancales.
Esta infraestructura sería considerada durante el siglo XX como un elemento clave en la distribución hidrológica del valle de Tahodio, ya que era una de las presas más importantes de Santa Cruz de Tenerife y de la Isla, conocida popularmente como Charca de Tahodio.
El embalse
El proyecto, realizado por el arquitecto Antonio Pintor y Ocete, fue aprobado el 26 de julio de 1914. Las obras comenzaron en el mes de agosto y dos años más tarde ya entraba en servicio un acueducto de 14,681 kilómetros de longitud, que llegaba hasta Hoya Fría, para lo que hubo que realizar ocho puentes, un túnel de 145 metros de longitud, y 33 arquillas de toma.
Las obras se tuvieron que suspender en noviembre de 1917, debido a que la situación bélica en Europa impedía la llegada de la maquinaria necesaria para continuar. Los trabajos se reanudarían en mayo de 1920, finalizando definitivamente seis años más tarde.
En los 12 años que duró la construcción del embalse, en el que trabajaron más de 400 operarios, se produjeron varios accidentes. En agosto de 1915, un operario sufrió heridas graves en un pie; en febrero de 1916, el capataz de la obra perdió una de sus piernas; en julio de 1917, un joven de 14 años fue impactado por una piedra, a causa de la explosión de un barreno, sufriendo diversas heridas en cara y tórax. En mayo de 1930, un joven de 17 años, vecino de Las Carboneras, perdió la vida, al ahogarse durante un baño en sus aguas.
Los gastos totales de esta infraestructura ascendieron a dos millones y medio de pesetas, distribuidos en las siguientes partidas: material para su construcción, componentes del acueducto, maquinaria, salarios, etc. A lo que hay que añadir la compra de terrenos, por un importe de 57.395 pesetas, a los señores/a, Cleto Hernández, José Montesdeoca y Concepción Clavijo.
Características
El muro de contención de las aguas, de 170 metros de longitud, tiene 44 metros de alto, 39 metros de ancho en la base, y 3 metros en la coronación. Su capacidad inicial de 900.000 metros cúbicos, en la actualidad no sobrepasa los 400.000 metros cúbicos, debido al barro que se ha ido acumulando en su lecho.
Lugar visitable
Un siglo después de su construcción, la Charca de Tahodio continúa almacenando el agua de escorrentía de una de las mayores cuencas hidrográficas de Anaga. Por ello, consideramos que esta infraestructura debe ser puesta en valor, como recuerdo del uso y disfrute que de ella hicieron los regantes de esta zona durante muchos años.
Se encuentra a una hora de camino del barrio de La Alegría, en Santa Cruz de Tenerife, y se llega hasta ella por un sendero que transcurre por la vera del cauce del barranco de Tahodio y llega al Pico del Inglés, en el Monte de Las Mercedes. La localizaremos formando parte del paisaje, en la confluencia de los Valles de Tahodio y Luís, enmarcada en un entorno privilegiado.
Si queremos continuar pateando aguas arriba, llegaremos al Monte Aguirre, una de las joyas vegetales del macizo de Anaga, ya que conserva un antiguo bosque de laurisilva, formado por una densa masa forestal, donde existen más de 30 galerías de captación de agua, de la que se viene abasteciendo la Ciudad desde 1706.
(*) José Manuel Ledesma Alonso, Cronista Oficial de la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife.
Publicado originalmente en EL DÍA
Imagen: EL DÍA