Los caseríos de Chamorga y Lomo de las Bodegas se localizan en La Punta de Anaga, la misma que muchos confunden cuando ponen rumbo a La Punta y acaban en la del Hidalgo. Una visita realizada a Chamorga con el alcalde el pasado mayo permitió descubrir una finca sembrada de papas dos meses antes y tapizada por tallos verdes, como banderas que ondeaban una buena cosecha. Días atrás, José Ángel Rojas convocó al visitante, cumpliendo con el compromiso que adquirió en su día, para recoger las primeras papas de la nueva temporada. Y de paso, imparte una lección de historia con la azada en la mano, con la misma destreza que él se maneja con el cepillo sobre el banco de la carpintería. Pero eso ya casi es pasado en su historia, pues José Ángel, presidente de la asociación de vecinos de El Suculum, se ha adaptado a el nuevo tiempo que viene marcado en Anaga por las viviendas vacacionales, si bien alterna entre su hobbie, el campo, con su ocupación mas profesional, vinculada con el turismo.
En José Ángel Rojas se cumple la copla que dice que la Virgen de Candelaria extiende su manto desde la cumbre hasta la arena; pues tan pronto se le puede ver en El Suculum, donde nació, como en sus fincas de La Punta (Anaga), donde tomó el testigo al suegro.
«Un señor mayor me decía el otro día: el problema de la gente de tu edad (José Ángel tiene 52 años) es que no plantan papas porque no quieren, pero saben, porque lo ha visto en su familia. El problema irá a más, porque los que vienen detrás ya ni plantarán ni sabrán, porque aquí llega un chiquillo con treinta años y no sabe; yo siempre lo he visto en casa», admite sin perder la sonrisa, mientras deja a un lado la azada y mete las primeras papas recogidas en un saco.
«Yo soy de El Suculum, pero mi padre era de Afur y mi madre de Lomo de Mena, en Agache, de Güímar. Mi madre vino para Santa Cruz por lo clásico de la época: la familia pobre no te podía mantener y se vino a Santa Cruz con 16 años para trabajar en la venta de los tíos, que estaba en la calle Salamanca, que era la vía que estaba de moda, afirma. «A mí mucha gente me empieza a regatear y le digo: socio, si yo soy de la calle de El Humo», porque allí fue donde se conocieron sus padres; «nosotros siempre hemos tenido venta, incluso la tuvimos en El Suculum, hasta que la quité, pero mi padre tuvo el bar Castillo, cuando se llamaba Las Cucharitas, hasta que lo dejaron y montó en la calle San José, pegado a la plaza de Las Delfas, en San Andrés, y después fabricaron en El Suculum y se mudaron allí, porque compraron y era la zona de esparcimiento».
José Ángel, el mayor de dos hermanos, comienza otra lección de Historia. «Aquí se vivió una etapa de semiesclavitud en las décadas de los años cuarenta y cincuenta, después de la guerra. Había mucha gente y poco terreno; el suelo era propiedad de unos pocos y se trabajaba en las fincas por dinero, hasta que llegó el boom de la construcción. De aquí salió mucha juventud que se marchó a zonas como, por ejemplo, El Suculum o Los Campitos, entre otras. Se abrió la carretera por Igueste de San Andrés y aquello supuso acercar esta zona a Santa Cruz. Pero, ¿te das cuenta? ¡hasta tu mismo hablas de Anaga y lo diferencias de Santa Cruz! Anaga es un municipio propio, por su variedad y características».
El auge de la construcción fue el principio del despoblamiento que padecen núcleos como La Cumbrilla, en el triángulo que forma con Chamorga y Lomo de las Bodegas. «Antes, aquello estaba lleno de gente, porque era zona de paso, no como ahora. En Chamorga pueden vivir unas 25 personas y otras tantas en Lomo de Bodegas», precisa. «Cuando quienes trabajaban la tierra por comida vieron que les daban dinero en la construcción, cambió todo; ni se lo creían. Muchos se iban los domingos y volvían aquí los sábados por la tarde, para ver la familia, pero hacía dinero».
José Ángel recoge los bártulos de este hobbie que le mantiene con los pies en la tierra. Este año plantó dos sacos de semilla y todavía le queda trabajo por delante, si bien tiene que recoger la papa «antes de que se bichen». Pero eso ya será el próximo fin de semana.
Noticia publicada originalmente en EL DÍA
Imagen: EL DÍA