El Cabildo de Tenerife, a través del Área de Gestión de Medio Natural y Seguridad, ha pactado con los vecinos y las vecinas de Anaga comenzar con las apañadas de cabras asilvestradas en el espacio natural protegido. Se obedece así a una de las acciones contempladas en el encargo hecho por la corporación insular a Gesplan para el control de los herbívoros tanto en el macizo de Anaga como en el Parque Rural de Teno.
“Estamos ante una situación crítica, hay que actuar ya, porque basta hablar con estas personas para darse cuenta de que, aunque la presencia de cabras en la zona se remonta a muchos años, es ahora cuando han empezado a generar problemas muy graves”, dijo la consejera del Área, Isabel García, quien agradeció a los vecinos y vecinas su predisposición para explicar sobre el terreno toda esta problemática y “por proponer soluciones y apoyo a la campaña de control de estos animales iniciada por el Cabildo”, y añadió que de esta reunión “nos vamos con muy buenas ideas y propuestas vecinales que contemplaremos de cara a mejorar las acciones que que se incluyen en el plan de control, como son las apañadas”. De esta manera, continuó, “comenzaremos las apañadas de acuerdo a la petición y con el apoyo de los habitantes de la zona, que han manifestado su completa disponibilidad”.
“Si no eliminan el problema de las cabras asilvestradas no voy a plantar nada más, y si no lo hago terminaré por irme de aquí”, así de tajante se manifestaba un vecino del Lomo de las Bodegas ayer en la reunión que mantuvieron en el Caserío del Lomo de las Bodegas los habitantes de los poblados del macizo de Anaga con la consejera insular de Gestión del Medio Natural y Seguridad, Isabel García.
“El Cabildo debe elegir, o las cabras o las personas de Anaga”, concluyó este vecino que indicó que “árboles plantados por nuestros abuelos, que tienen más de cien años y que uno ha cuidado con todo el cariño del mundo acaban convirtiéndose en cuatro palos, porque pasan cinco machos y en 20 minutos se los devoran”.
“Más del 70% de los animales salvajes son machos de entre 80 y 90 kilos de peso, muy difíciles de manejar y con mucha fuerza. En el caso de poder llegar a cogerlos con sogas es complicado manejarlos porque se arrodillan y no los puedes mover, o incluso porque te pueden atacar”, comenta otro vecino, quien recuerda que “se le han echado los perros, y los machos han matado a alguno”.
La consejera participó de esta reunión con aproximadamente 30 vecinos y vecinas pertenecientes a las asociaciones Lomo de Las Bodegas, Laureles, Chamorga y Suculum, y en ella se expusieron las principales demandas de estos colectivos. La mayoría de las mismas relacionadas con destrozos en frutales y terrenos de labor, pero también en bienes particulares, “hasta en los tejados se suben para ramonear en los árboles, pisan todo, ruedan tejas y destrozan todo lo que hay”, apuntó otra vecina a este respecto.
Otro de los participantes en la reunión indicó además que “no solo es un problema con los cultivos y los árboles, sino que las cabras acaban con plantas únicas en el mundo, y no solo porque se las coman, sino porque las pisotean y no vuelven a salir”, y añadió que en el caso de la malva de risco “hay zonas en las que las cabras no les dejan salir ni una hojita, tan pronto brotan se las comen”.
Por otro lado, otra de las participantes indicó que “hasta las colmenas las desarman, porque las pisan y acaban con ellas”.