El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha concluido recientemente las obras de mejora y reparación de la pista de Pancosa, en Roque Negro, así como de la plaza de Nuestra Señora de Fátima, situada también en este enclave de la Reserva de la Biosfera del Macizo de Anaga.
La primera infraestructura había quedado seriamente dañada tras las lluvias del pasado invierno y en la segunda se abordó la manera de suavizar la pendiente que da acceso al mencionado espacio público para que puedan entrar las ambulancias y otros vehículos de carga media. La inversión municipal para acometer ambos trabajos ascendió a 52.385,24 euros.
El concejal de Medio Ambiente, Carlos Correa, explica que la pista de Pancosa “es utilizada por los vecinos de La Porquera para acceder a sus viviendas. Era una vía de tierra y esa circunstancia hacía que tanto el tránsito continuado de los vehículos como la acción de la lluvia provocase cortes por desplomes de material. Por esta razón, y ante la petición de los vecinos de esta parte del municipio, hemos abordado una serie de mejoras que incluyen, entre otras, desmontes para ampliar el ancho de la pista, pavimentarla con hormigón y ejecutar distintos badenes para encauzar el agua de lluvia evitando escorrentías y empozamientos”.
En cuanto a la plaza de Nuestra Señora de Fátima, el edil detalla que se ha realizado un nuevo muro de mampostería de altura variable “que se adapta a la topografía del conjunto y un nuevo bordillo que remata la solera de hormigón que se ha renovado. Antes fue necesario demoler el anterior muro y excavar antes de hacer el nuevo para suavizar la pendiente anterior y permitir el paso de las ambulancias y de vehículos de carga media a esta zona pública de Roque Negro. Esto último es una de las principales causas que nos llevaron a realizar estas mejoras, ya que antes los vehículos de emergencia tenían que maniobrar durante mucho tiempo para poder acceder a la plaza y transportar a los vecinos hasta el centro de salud”.
Correa destaca también que las obras, que han durado alrededor de un mes y medio, se han ejecutado durante la época estival “para causar los menores trastornos posibles y porque es necesario que el terreno en el que se han realizado los trabajos esté totalmente seco”.