Desde que se iniciaron las obras del puente de San Andrés, los operarios han ido avanzando sin prisa, pero sin pausa. El trabajo minucioso que han ido realizando para rescatar la estructura del deterioro en el que se encontraba sumida, y que obligó el cierre de este paso a los pueblos de Anaga, culminó parte de su trabajo esta semana con el comienzo del hormigonado de la estructura de refuerzo, armazón cuyo objetivo es incrementar la capacidad portante del puente.
Lo que no parece que sea posible, según apuntó el concejal de Infraestructuras a Diario de Avisos, Dámaso Arteaga, es que la obra esté finalizada en el mes de octubre, tal y como se apuntó en las reuniones del mes de julio como posibilidad. “No sé decir una fecha exacta de finalización por ahora. En el seguimiento de los trabajos que estamos realizando, se va cumpliendo con el cronograma previsto, pero creo que decir que estará lista en octubre va a ser muy precipitado”, explicó el edil.
Además, defendió que “son trabajos muy metódicos, concienzudos, muy específicos. Es una obra delicada que se tiene que hacer, en muchas ocasiones, de forma manual, y confiamos que podamos avanzar más rápido a partir de ahora, una vez que se ha colocado una estructura de acero alrededor del puente para reforzarlo y después hormigonar”.
Asegura el edil que, a diferencia de lo que suele pasar con otras obras, en esa ocasión, “aunque es una actuación lenta, no ha habido parón de ningún tipo, ni tampoco han surgido inconvenientes añadidos”. Unos trabajos que están consistiendo en descubrir toda la parte más dañadas del puente, eliminando su capa de rodadura y reforzando la estructura, con el objetivo de que puedan pasar vehículos de más de 12 toneladas. “Hasta ahora, no hay nada que no haya estado previsto. El objetivo es garantizar la estructura del puente”, indicó.
El pasado mes de julio empezaba una obra cuya duración está prevista en cinco meses, de ahí que avanzar a octubre su finalización sea precipitado. La empresa adjudicataria de esta rehabilitación, está teniendo que hacer frente a una serie de deficiencias que, según se recogía en el estudio preliminar que se hizo tras el cierre del puente, iban desde fisuras en los arcos, a carbonatación del hormigón, o, incluso, fisura de uno de los arcos que soportan el peso del puente.
Ese primer informe concluía que “resulta innegable que el estado de una estructura de hormigón armada comienza a comprometerse en el momento que aflora la corrosión de sus armaduras. A medida que la corrosión avanza, se van produciendo daños cada vez más severos en la estructura, pudiendo llegar a inutilizarla por completo”. El mismo informe apuntaba que “es importante destacar que este tipo de deterioros tienen una evolución exponencial, pues, aunque son lentos al iniciarse, su desarrollo se va produciendo con mayor rapidez una vez que se han iniciado”. Hay que recordar que los vecinos llevaban años denunciando el mal estado del puente, un deterioro que culminó con el cierre total y el aislamiento de Taganana y Almáciga de Santa Cruz durante días.
Una vez que se rehabilite, con el objetivo de que pasen vehículos de más de 25 toneladas, el funcionamiento, tal y como se informó a los vecinos en la última reunión con el Ayuntamiento en el mes de julio, será como el que tenía hasta el momento, es decir, se mantendrá el semáforo que se implantó en 2019 y se seguirá con un solo carril de paso. En cuanto al segundo puente, cuyo proyecto, aseguró el Ayuntamiento capitalino, ya ha sido encargado, se desconocen los plazos.
Publicada originalmente en Diario de Avisos
Imagen: Diario de Avisos