El poeta y artista Fernando Garciarramos y la pianista Blanca Quevedo ponen música y letra a «Las brujas de Naga» («montaña» en guanche).
Afirman que las brujas de Naga existieron, pero no volaban en escobas sino en otros vehículos más humanos, además de salir desnudas de las tinajas y rondar por los caminos y muchos de los parajes que Garciarramos describe en una serie de poemas inéditos que conforman el disco que ha publicado junto a la pianista Blanca Quevedo, aunque uno de ellos está dedicado a El Hierro.
Ambos artistas han conjuntado sus afanes creativos en el disco «Las brujas de Naga«, que será presentado mañana [jueves 21], a las 19.00 horas, en un recital poético-musical que se desarrollará en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna.
Chamorga, Portugal de Anaga, El Draguillo, Los Catalanes, Las Palmas de Naga, Roque Bermejo, Roque del Agua o el Roque de Taborno son algunos de los enclaves a los que están dedicados estos versos.
«Visité Taganana muy chiquito y alguien me empezó a asustar con que las brujas salían de las tinajas desnudas y hacían diabluras… Eran borrachinas y querían asustar. Eran historias de burlas y cuernos, leyendas», relata con humor y bastante ironía el escultor y poeta santacrucero.
La magia que encierra la laurisilva, a la que se dedica una de las composiciones, las montañas, los árboles, los barrancos, los caseríos y las playas, entre otros «habitantes» de Anaga, están presentes en este trabajo, que tiene un trasfondo bastante ecologista, de conservación de la naturaleza y el medio ambiente.
En «Las brujas de Naga» se aúna arte con medioambiente, porque con este trabajo ambos compositores pretenden contribuir a la concienciación del pueblo canario sobre la joya medioambiental que Anaga representa y su conservación. «Es una exaltación de Anaga porque es Patrimonio de la Humanidad».
Quevedo, cuyas composiciones para el disco recuerdan a la música francesa de finales del siglo XIX, el fado portugués, el blues o una isa canaria, comentó que los «temas han sido compuestos expresamente para estos poemas, son inéditos, y las sonoridades son principalmente impresionistas, aunque hay una parte como de jazz y otra que suena a música popular canaria, a una isa, pero no lo es en realidad».
Con respecto a las letras de los poemas consideró que «son bastante mágicos. Hablan de brujas y de la laurisilva, que para mí es un tesoro inconmensurable. Cuando tengo un ratito y puedo escaparme a Anaga doy un paseo por la laurisilva, y aquí en La Palma también. Eso me llena de vida y siempre siento algo mágico cuando estoy paseando por Anaga».
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Imagen: El Día