Motos, bicis y todoterrenos causan graves daños a los espacios protegidos

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Motos, bicis y todoterrenos causan graves daños a los espacios protegidos

El uso cada vez más extendido de todoterrenos, quads, motos y bicicletas en zonas prohibidas ocasiona graves daños a la fauna y flora de los espacios naturales protegidos de Tenerife. El Cabildo ha levantado solo este año 88 actas de infracción por estos incumplimientos en pistas forestales, caminos, sendas o senderos de estas áreas sometidas a estrictas normas de uso por su riqueza medioambiental y paisajística. Los ámbitos más afectados se concentran en el Parque Natural de la Corona Forestal, Las Lagunetas, el Parque Rural de Anaga, la Reserva Natural Especial Chinyero, el Parque Rural de Teno y la Mesa Mota-El Púlpito. Son joyas medioambientales afectadas por unas prácticas de difícil control por las grandes extensiones que ocupan.

Así lo enfatiza la consejera de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo, Isabel García, que aporta el balance de datos de los 88 expedientes sancionadores y recuerda que la circulación por pistas forestales está regulada en el Reglamento de Ordenación de Tránsito por Pistas Forestales de Tenerife (BOP 77, de 27 de junio de 2018, en desarrollo de la Ley de Montes 43/2003). Esta ley prevé para este tipo de incumplimientos multas de entre 100 y 1.000 euros, dependiendo de la gravedad.

Denuncias conservacionistas

Las denuncias de los colectivos conservacionistas sobre estas prácticas proliferan en los últimos meses. Por ejemplo, la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello informó el pasado día 13 de la aparición de rampas para ciclismo de descenso construidas en un lugar donde está prohibida la circulación de bicicletas y vehículos a motor en el histórico sendero Chivisaya-Orticosa, dentro del Parque Natural de la Corona Forestal, en una zona del municipio de Arafo. “Ante el reiterado incumplimiento de las normas de conservación de este espacio, por parte de algunos miembros de este colectivo de ciclistas, los que defendemos la integridad de este y de todos los espacios naturales expresamos nuestra indignación y exigimos una actuación decidida y contundente del Cabildo”, asegura la Fundación en su perfil de las redes sociales, que semanas atrás había denunciado prácticas similares con motos en senderos del Parque Nacional del Teide y los humedales de Maretas del Río, en Arico.

Incivismo en monte y costa

Estos incívicos no son conscientes de las consecuencias que generan en los espacios naturales públicos. Es una situación que se agrava con el paso del tiempo por la acción de una parte de la ciudadanía, a la que “últimamente le ha dado por una vida de ocio y deporte mal entendida”, señalan fuentes de la Corporación insular. La conclusión es que al final son solo unos pocos los que no cumplen las normas de protección de los espacios y pistas del monte, zonas de altura o costeras que se encuentran sometidas a la presión de las máquinas. Pero sus actividades conllevan graves repercusiones para la naturaleza. Erosión, agujeros de grandes dimensiones, contaminación acústica y amplios espacios desprovistos de vegetación por el efecto de las ruedas son las principales consecuencias de estas actividades deportivas que incumplen las normas y van en contra de la ley.

Un número significativo

Los 88 expedientes de sanción de este año son un número significativo teniendo en cuenta que durante meses la circulación deportiva o de ocio estuvo totalmente prohibida con motivo del estado de alarma decretado por el Gobierno de España durante el mes de marzo tras la propagación del virus del Covid-19. Si no se hubiese restringido esta práctica en el monte y la costa, el número de infracciones se incrementaría exponencialmente. De eso no tienen duda los técnicos de la Institución insular. Esos 88 expedientes sancionadores se quedarían pues muy cortos.

El exceso de velocidad, la circulación de vehículos a motor en zonas prohibidas o incluso la circulación por pistas cerradas al tráfico son las infracciones más habituales que los ciudadanos cometen, un problema que viene precedido por lo general de un daño al medio ambiente. Una de las mayores preocupaciones de los técnicos y ecologistas se centra en las afecciones a la fauna y flora de estos espacios de gran valor natural. En este último apunte los focos se centran en la deforestación. Se escarba el terreno y se encauza la lluvia cuando cae con el paso del tiempo, con lo que afecta irremediablemente a un entorno muy concreto cuando se produce una escorrentía. Es una grave amenaza para la vegetación.

Teniendo en cuenta que el 51% de Tenerife está protegido por las leyes sobre el Territorio, poco pueden hacer los agentes forestales del Cabildo o los de la Guardia Civil, a través del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), que se las ven y se las desean para cazar el mayor número de infractores.

¿Culpables? Los responsables de federaciones, colectivos, asociaciones o administraciones destacan que, principalmente, la actividad privada se encuentra en el foco de los problemas por el poco respeto a las normas. En este punto casi todos coinciden en llamarlos “domingueros”. Sobre ello apuntan a que es el deporte no reglado el causante principal de las actividades incompatibles con las normas. “Alguno habrá federado que se salte las normas, pero no es lo más común”, destaca un miembro de la Federación Canaria de Motociclismo.

Señalan todos que ningún colectivo asociado tiene responsabilidades sobre los problemas que se generan en los montes y costas, estén protegidos o no, explicando que “solo unos pocos” son los que incumplen. Generalmente ciudadanos normales con vehículos preparados que buscan sensaciones fuertes y adrenalina. Destacan de forma generalizada que la clave para minimizar la acción de las personas que no respetan la naturaleza es la vigilancia, pero reconocen que es bastante complicado por los grandes espacios a vigilar.

El trabajo de los agentes

La consejera de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo de Tenerife destaca el trabajo de los agentes de Medio Ambiente de la corporación. “Realizan una labor continuada en los espacios naturales protegidos, notificando y levantando actas de infracción a aquellas personas que desarrollan actividades no permitidas en los mismos”, explica. También el trabajo de la Guardia Civil a través del Servicio de Protección del la Naturaleza, “que también apoya este control”. Isabel García detalla que “los agentes pueden, como indica la ley, requerir la documentación identificativa correspondiente a las personas que circulen con vehículos por las pistas, sendas y veredas, y otras zonas forestales, así como la acreditación del motivo de la circulación” por estos espacios.

Con respecto a los infractores y su vínculo con los colectivos de las ruedas, el director de la Fundación Telesforo Bravo, Jaime Coello, apunta que las asociaciones no son “culpables” de la acción de los incívicos, “porque hay miembros de varios de estos colectivos que no acaban de entender que la normativa es la que es y que por los senderos autorizados y homologados no se puede circular”. La situación “es compleja” y la realidad es que hay varias pistas forestales en los que sus pasos están modificados de manera irregular y absurda”.

Rampas de descenso

Puso como ejemplo la mencionada denuncia realizada por la Fundación sobre el estado del sendero histórico Chivisaya-Aorticosa, en Arafo, “que además forma parte de la red de senderos y está en el parque natural de la Corona Forestal”. “Ha sido modificado para hacer rampas para bicicletas de descenso”. “Podemos hablar, también, de los espacios en los que hemos detectado actividades de motos enduro, que se meten fuera de pista o de caminos. Del colectivo concreto de descenso de ciclismo también tenemos que decir que incluso a veces se salen del propio sendero. Luego está el uso incívico de los quads, vehículos de cuatro ruedas y en algún caso puntual de todoterrenos”.

Coello precisa que “hay una normativa hecha que algunos no quieren respetar ni aceptar como es”. “Si trasladamos la problemática al ámbito de tráfico, en Tenerife no hay un circuito de Fórmula 1 y es como si fuera por la autopista del Norte o del Sur a toda velocidad porque me da la gana y me interesa sin responsabilizarme de nada. Nadie quiere asumir que hay una parte de obligación en sus acciones”, subraya.

El director de la Fundación Telesforo Bravo Jaime Coello recuerda que Tenerife “es un territorio limitado y con unos valores ambientales muy frágiles”, por lo que cuando se transita fuera de los caminos, como hacen algunos de estos incívicos, lo que se hace es dañar a la fauna y la flora del entorno, de enorme valor en toda la Isla. “Y es algo peligroso, al escarbar lo que estamos haciendo es erosionar el terreno y se facilita las escorrentías”.

Una concepción del ocio

En su opinión, “se está primando el uso particular por un determinado ocio o afición frente a la necesidad de conservación de los espacios y también del derecho que tenemos el resto de los usuarios de disfrutar de los espacios naturales en su integridad”. “Hay registrados casos, incluso, en los que los vehículos echan a los senderistas del camino o pistas en las que la circulación está prohibida”, matiza. Por todo ello, Jaime Coello demanda a las administraciones medidas más severas y más medios de control para “evitar el deterioro continuo que sufren los espacios, ya sean naturales o protegidos”, siendo la clave “la identificación con matrícula de los vehículos”.

El presidente de la Federación Insular de Automovilismo, Francisco Negrín, apunta que “todas nuestras competiciones las tenemos reguladas y no tenemos nada que ver con las personas que van por libre”. “Que quede claro, estamos en contra de todo lo que suponga agredir al medio ambiente o la naturaleza”, quiere dejar claro. Por norma general, las federaciones han ejercido un control a sus actividades. “Nosotros regulamos pruebas en espacios y circuitos acotados, ya sean para exhibiciones o pruebas de todoterrenos que estén federadas, que tengan licencia y seguro. Todo lo que sea fuera de ahí no tenemos control”.

Mostró su contrariedad con que se asocie la palabra motor con problemas. “Y se ve cuando uno está haciendo el loco por las calles o ruido y la gente ya dice de forma despectiva que están haciendo rallyes. Lo que digo es que se suele hacer una asociación de ideas completamente injusta en contra del automovilismo bien practicado”. “¿Medidas a aplicar? Bueno, está claro. Más controles y me refiero a pie de pista por parte de las administraciones. Pagamos justos por pecadores”, acota.

El responsable de la Federación Insular de Motociclismo, Buenaventura Darias, también hizo hincapié en que hay control sobre el deporte federado. Sobre ello relató que la actividad sospechosa de usos incívicos en zonas protegidas siempre es la de todoterreno o de rallye, que tiene tres modalidades, motocross, supercross y trial, ambas en circuito, y la de enduro, practicado en senderos, trialeras o barrancos. “Nada que ver”, apunta, “porque todas las pruebas y entrenos están controlados en los circuitos de San Miguel de Abona y La Cemensa (Arico), ambas en el Sur, o bien en fincas privadas con permiso de los ayuntamientos”. “Por cierto, desde aquí hacemos un llamamiento para que las administraciones hagan un circuito en el Norte”, quiso enfatizar.

Explicó que en Canarias no hay sitios para practicarlo si no es en un circuito artificial. “Y eso que tenemos un subcampeón de España en enduro”. “¿La gente que sale al campo, los denominados domingueros? No son federados, la mayoría no lo han estado nunca. Los hay que lo estuvieron, pero ya están al margen del control de la Federación. La clásica persona que se compra una moto de enduro, se registran en el Cabildo y luego sale al monte de forma indiscriminada. Donde cabe una moto, por ahí se meten”.

La asociación con las motos

Francisco Negrín considera “injusto que también se asocie a la moto como la culpable de todos los males de lo que ocurren en el monte. “Cuando hacemos una prueba de esas en un barranco, sobre todo en el Sur de la Isla, tenemos que pedir autorización al Consejo Insular de Aguas de Tenerife, hacer un plan de seguridad y emergencia, tenemos que pagar una fianza y seguros y cuando terminamos la pruebas lo tenemos que dejar como estaba. Es una sintonía total con la administración. Nosotros no hacemos nada si no tenemos permiso de la administración”.

Darias está seguro que “ninguno de los pilotos va al monte de manera indiscriminada porque no tiene necesidad. El fin de semana lo ocupan para ir a entrenar en el circuito en donde van a competir”. Y un apunte interesante. El presidente insular señala a que una vez que se ha cerrado el circuito del Púlpito, en la Mesa Mota, las personas que allí iban “ahora se han echado al monte”. “No había control ahí y ahora que se cierra buscan otras alternativas”, concluye.

Publicada originalmente en EL DÍA

Imagen: EL DÍA

 

diciembre 21, 2020|Etiquetas: , , , , |