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La Riqueza Natural y Cultural del Macizo de Anaga

El Macizo de Anaga ofrece a quienes lo visitan la oportunidad de disfrutar de un paisaje singular, fruto de una larga y armoniosa convivencia del ser humano con un medio natural rico y diverso. Los brumosos bosques de sus cumbres, los numerosos roques, sus pueblos dispersos y especialmente un ancestral sistema de bancales esculpidos en las laderas de sus barrancos, son algunos de los elementos que le dan verdadera identidad a este paisaje de gran valor cultural.

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En general se trata de un área de gran interés paisajístico donde se desarrollan y coexisten procesos de importancia ecológica con actividades agrícolas, ganaderas o pesqueras de carácter tradicional, configurando un patrimonio cultural relevante.

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En su ámbito terrestre corresponde a una zona muy singular, con gran diversidad biológica, también denominada biodiversidad, estando presentes especies incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y de la lista Top 100 de especies más amenazadas de la Macaronesia, entre otras.

Se trata de un edificio volcánico formado por lavas dominantemente basálticas, que se formó por la sucesión de múltiples episodios eruptivos, donde los procesos erosivos han determinado un paisaje dominado por una profunda red de barrancos, admirada por residentes y visitantes.

Debido al aislamiento que ha tenido hasta hace poco tiempo, en el Macizo de Anaga ha perdurado un gran número de variedades muy antiguas de viñas, papas, batatas y otros productos agrarios, llegando a tener cada valle sus propias variedades. La diversidad genética es un valioso patrimonio.

cigalacanariaEn el ámbito marino hay una gran variedad de sustratos que albergan todos los ecosistemas marinos de Canarias. Existe igualmente una gran biodiversidad, coexistiendo especies de distintas latitudes.

La mayoría de especies incluidas en el Catálogo Canario de Especies Amenazadas se encuentra en los fondos de la Reserva de la Biosfera Macizo de Anaga. Están presentes hábitats importantes para la cría, alevinaje, alimentación y refugio de muchas especies, algunas de ellas de importante conservación.

La Historia y su influencia en el Patrimonio Cultural del Macizo de Anaga

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La vertiente norte del Macizo de Anaga, rica en agua y montes fue explotada ya desde antes de finalizar la Conquista, siendo de enorme importancia la riqueza maderera del territorio – principal motor de su economía – seguida de sus numerosos nacientes de agua, indispensables para la vida y la agricultura. Convivían en la zona grandes propietarios con tierras que se extendían desde la costa a la cumbre, junto a pequeños lotes de terrenos. Aunque a partir del siglo XVII por lo general se trataba de una agricultura de subsistencia complementada con la ganadería.

Fruto del comercio nacido de la producción de azúcar, se hacía necesario trazar las comunicaciones para su transporte. Los vecinos se encargan de la construcción del camino hacia La Laguna; en 1506 se crea el Camino de Las Vueltas, aprovechando el trazado de un importante sendero prehispánico. Así se generaron mayores vínculos entre Taganana y La Laguna.

dpp07_MedioAmbiente_CabildoA finales del siglo XVI se derrumba el comercio del azúcar y comienza el cultivo del vino, sobre todo en la zona de la costa: el Draguillo, Roque de las Bodegas, Las Palmas de Anaga, Benijo, Roque Bermejo, Risco Caído, Tachero, entre otros. En las zonas de medianías se combinaba la producción cerealística y vitivinícola con el tradicional pastoreo. La actividad agrícola continúa siendo predominante, junto con una estructura de la propiedad minifundista procedente de la progresiva fragmentación de las grandes propiedades absentistas, así como de la reconversión de la relación de medianería en pequeña y mediana propiedad.

Arquitectura Tradicional Canaria. Tipologías y Elementos Constructivos

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Las condiciones geográficas junto con la cultura importada son los factores principales que han conformado esta arquitectura singular, con aspectos propios que llegan a ser endémicos de esta zona.

Generalmente las islas presentan una accidentada topografía, concentrándose los asentamientos en los lugares más accesibles, proliferando los pequeños pueblos mostrando gran adaptación al entorno, con elementos constructivos de la arquitectura doméstica canaria influenciada por castellanos y portugueses principalmente, aportando interesantes soluciones arquitectónicas de carpintería como ventanas, balcones y artesonados donde también se observa la influencia mudéjar, por lo que la influencia sociocultural es importante, trasladando formas y costumbres desde diferentes lugares de la Península Ibérica así como de genoveses, flamencos, ingleses, etc.

Una vez realizado el asentamiento, nace una corriente típica isleña que irá formando una arquitectura propia y que con el transcurso del tiempo ganará mayor importancia en los siglos posteriores. Las cubiertas de tejas, las ventanas de guillotina, las fachadas y los balcones, entre otros elementos, denotan el mestizaje de estas influencias llegando a conformar una identidad propia.

Gracias a las relaciones de comercio con América se recibe una corriente que se denominaría “de retorno”, denotando en algunos casos influencias indianas. En la arquitectura rural en general y en los asentamientos ubicados en el Macizo de Anaga en particular, cobra cada vez mayor interés el testimonio de las formas de vida en las primeras edificaciones realizadas después de la conquista castellana.

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La tendencia popular de la arquitectura tradicional canaria hace que sea mayoritariamente anónima, ya que la mayoría de las casas está realizada por artesanos que se han formado por transmisión generacional, de padres a hijos, de maestros a aprendices. En definitiva nos encontramos con una arquitectura anónima y básicamente popular, marcada por la presencia de un acentuado tradicionalismo que se manifiesta con la repetición de un modelo durante siglos. No hay que olvidar que el aislamiento propio de cada isla les conduce a cierto rechazo a las novedades, haciendo suya la amalgama de influencias recibidas en los primeros tiempos de la colonización y consiguiendo así un tipo de vivienda funcional y práctica dentro de una edificación sencilla.

En definitiva, la arquitectura, la historia, el paisaje y las diferentes formas de entender el territorio por parte de la población residente, han dado como resultado final un patrimonio cultural original y con personalidad propia, lo que entre otras cosas ha sido una de las ideas-fuerza que ha hecho a este enclave único de Tenerife merecedor del título de Reserva Mundial de la Biosfera.